El Comportamiento de Caín y su familia (Génesis 4:16-18).

Génesis 4:16-18

El verbo empleado en el texto bíblico no da lugar a dudas. Caín ignora completamente el castigo de Dios y se establece en la tierra de Nod al este del Edén. El verbo empleado “Yashab” también se utiliza en otras ocasiones para referirse al casamiento. Saliendo de la presencia de Dios, podemos pensar que dejó de adorar al único Dios verdadero. A partir de ahora, otras cosas serían más importantes.

En cualquier caso, Nod significa “Vagabundo”. Con lo cual, muy probablemente, Caín estuvo algún tiempo merodeando por la tierra cercana al lugar donde fue expulsado, que algunos eruditos sitúan entre la actual Siria y el Líbano.

Vemos como una de las peores consecuencias del pecado es el aislamiento. El pecado de Caín lo aisló de Dios, lo alejó de su parentela, provocó el continuo rechazo de todos aquellos que lo rodeaban. El estigma de Caín, “el que mató a su hermano”, siempre lo acompañó.

Pero, Caín finalmente se casó. Quien fuera la esposa de Caín es un misterio, tampoco sabemos si tuvo más esposas. Lo cierto es que sería de la descendencia de sus padres, quienes con toda seguridad tuvieron más hijos. Queda claro que en aquellos albores de la humanidad no había problemas genéticos con el matrimonio entre hermanos. Más adelante, esta práctica quedaría expresamente prohibida en la ley mosaica.

Caín también fundó la primera ciudad que menciona la Biblia: “Enoc”, tomando el nombre de su hijo, que significa “instruido” o “dedicado”. Quizá anhelando que su hijo ejerciera el ministerio sacerdotal que él mismo no pudo hacer. No puso su nombre a la ciudad, algo que hubiera sido más normal, sino el de su hijo.  Probablemente para evitar el estigma que suscitaba su propio nombre y como muestra de afecto paternal y de las esperanzas puestas en su primogénito.

De las ciudades podemos decir muchas cosas, buenas y malas. Parece evidente que a Caín lo que de verdad le importaba era este mundo y, en concreto, la tierra que pisaba. Habiendo experimentado el rechazo de los hombres, probablemente construyó la primera ciudad para protegerse de cualquiera que quisiera acabar con su vida. O quizá, para disfrutar de todos los beneficios que aportan las grandes urbes como son el comercio, o la cultura. Aunque no hay que descartar que fuera simplemente el fruto de su ambición, un instrumento más para hacerse más poderoso. Porque las ciudades siempre han sido baluarte del orgullo humano. De hecho, es en ellas donde suele darse el mayor progreso social. Prueba de ello es que la descendencia de Caín se distinguió por su ingenio y creatividad. A pesar de ello, la primera ciudad que menciona la Biblia fue realmente un desafío a Dios.

Para no caer en los errores del primogénito de Adán y Eva, no pongamos todas nuestras esperanzas en este mundo y todo aquello que nos puede ofrecer. Nuestras moradas no van a ser eternas.

No es fácil aceptarlo, pero lo cierto es que un día todo va a ser destruido. Nada de lo que poseemos se mantendrá generación tras generación. La prueba es que ya nada queda de la ciudad que fundó Caín.