¿Por qué me llamas bueno?

Marcos 10:17-31

Los estándares del Reino de los Cielos son mucho más altos que los estándares de este mundo. Nadie puede alcanzarlos sin pasar por la Cruz. La Cruz rompe todo orgullo humano. Nadie que antepone sus posesiones materiales, intelectuales o espirituales al Reino de Dios es digno de él. Solo Dios puede rehacernos de tal modo que nuestros pesados y voluminosos cuerpos vuelvan a tener el tamaño y las proporciones adecuadas para poder entrar en su Reino por sus estrechas puertas. Para ello una estricta dieta y mucho ejercicio van a ser necesarios con toda probabilidad. Porque en la carrera hacia este Reino, no se trata de llegar el primero, sino de llegar, pues el camino es sumamente largo, abrupto, y sinuoso.