Hoy alabamos y bendecimos al Señor porque sólo Él es Señor de todas las cosas. Le pedimos que nos ayude a no pasar por alto cualquier ocasión para hacer el bien. Le pedimos que nos ayude a no menospreciar la oración como instrumento imprescindible antes de tomar cualquier decisión.
Alabado y bendito sea nuestro Señor porque en la pobreza está la entrada a su Reino, en la escasez la abundancia eterna, en la tristeza el gozo que nunca se apaga, y en el vituperio a causa de su nombre su alabanza.
También le pedimos que nos dé su amor para darlo a discreción, incluso a aquellos que nos aborrecen. Que nos libre de la hipocresía que esconde todo juicio. Que más ➕ bien sea nuestro empeño dar frutos de justicia que glorifiquen su nombre. Que entendamos que obedecer su Palabra es el único fundamento que puede soportar el peso de nuestra vida.