Hoy pedimos al Señor sabiduría, humildad y amor los unos para con los otros, porque no es a través de nuestras palabras, sino por nuestra manera de tratarnos que evidenciamos nuestra madurez espiritual y vamos a dar a conocer el Amor de Dios y su Evangelio.
Pedimos también el coraje para huir de toda inmoralidad sexual, avaricia, violencia, o adicción. Porque tales cosas impiden nuestra entrada en el Reino de Dios. Apelamos pues al nombre de nuestro Señor Jesucristo mediante el Espíritu Santo para que nos limpie y nos santifique.