Según la fe cristiana, el Evangelio (del latín evangelĭum, y este del griego εὐαγγέλιον [euangelion], «buena noticia», propiamente de las palabras εὐ, «bien», y -αγγέλιον, «mensaje») es la narración de la vida y palabras de Jesús, es decir la buena nueva del cumplimiento de la promesa hecha por Dios a Abraham, Isaac y Jacob de que redimiría a su descendencia del pecado por medio de la muerte de su Hijo unigénito Jesucristo, quien moriría en expiación por el pecado de toda la Humanidad y resucitaría al tercer día para dar arrepentimiento y perdón de los pecados a todo aquel que crea en él. David profetizó que Jesús resucitaría al tercer día sin ver corrupción; David murió y su cuerpo vio corrupción y su tumba se encuentra en el monte Sion, pero Jesús resucitó al tercer día cumpliendo la profecía de su resurrección y su tumba, conocida como «El Santo Sepulcro», está vacía. Este es el evangelio que predicaban los primeros discípulos de Jesús.
En un sentido más general, el término evangelio puede referirse a los evangelios, que son escritos de los primeros cristianos que recogen las primigenias predicaciones de los discípulos de Jesús de Nazaret. Siendo el núcleo central de su mensaje la muerte y resurrección de Jesús. Son cuatro los evangelios contenidos en el Nuevo Testamento de la Biblia cristiana, llamados evangelios canónicos, reconocidos como parte de la Revelación por las diferentes confesiones cristianas. Son conocidos con el nombre de sus autores: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.