Señor, hoy te agradecemos tu entrega por nosotros. Siendo el hijo de Dios y teniendo potestad sobre tu vida la entregaste a nuestro favor en obediencia al Padre. Te agradecemos todo el sufrimiento e ignominia que sufriste por culpa nuestra. Perdónanos, Señor, que siendo tu tan fiel, nosotros aun te neguemos tantas veces. Ayúdanos a imitarte siendo fieles testigos de la verdad. Haz que nos entreguemos a ella para oír tu voz. Haz que podamos dar una respuesta clara y fidedigna a todos los que la buscan. En tu nombre te lo pedimos. Amén.