ÉXODO 37

Señor, te agradecemos el privilegio que nos has concedido de ser tus sacerdotes. Despierta nuestros dones y muévenos a servirte y a ser obreros en tu Reino. Confesamos que no somos dignos de tan grande empresa. Tu majestad, tu belleza, santidad y poder nos abruma. Tan solo ayúdanos a seguir tus pisadas. En tu santo nombre te lo pedimos. Amén.