Señor, abre nuestros corazones para recibir tu Palabra, y así poder dar fruto. Ayúdanos a permanecer cerca de ti, porque de otro modo, nada podemos hacer. Glorifícate, Señor, en el fruto de nuestra obediencia. Ayúdanos a permanecer en tu amor para que tu gozo esté con nosotros. Ayúdanos a poner nuestras vidas por nuestros amigos. A amarnos con el mismo amor con que tú nos has amado. Gracias por ser nuestro amigo, ayúdanos a servirte por amor.
Danos resiliencia mientras el mundo nos aborrece como te aborreció a ti. Y gracias por el Espíritu Santo que nos testifica y nos hace sentir tu presencia. En el nombre de Jesús. Amén.