Señor, alabado y bendito seas por habernos dado vida juntamente con Cristo. Por habernos librado del pecado y la muerte, por habernos salvado en tu Gracia. Bendito seas por habernos sentado a tu diestra en los lugares celestiales, por la fe que has puesto en nuestros corazones, porque por ella nos vas moldeando día a día para buenas obras, aquellas que nos has preparado de antemano.
Gracias por habernos incorporado a tu pueblo mediante la sangre de tu hijo. Por habernos llenado de esperanza, por ser nuestra paz. Por habernos reconciliado en la cruz, y por habernos dado un mismo Espíritu por el cual tenemos acceso al Padre.
Gracias, también, por las Escrituras, y por ser tú nuestra piedra angular, aquella sobre la cual somos edificados para morada de Dios en el Espíritu. En el nombre de Jesús. Amén.