ÉXODO 29

Padre amado, ahora que nos has revestido de ti. Ahora que nos has purificado con tu sangre vertida en la cruz. Conságranos, Señor a ti. Muévenos a servirte y a ministrar en tu nombre. Haznos sacrificio, aroma y ofrenda agradable delante de ti.

Haz que tomar de los símbolos del pan y del vino sean un fiel reflejo de nuestro sacerdocio. Santifícanos a través de ellos. Haz que nuestra iglesia sea un lugar de encuentro contigo. Que sea manifiesta tu presencia en la comunión, glorifícate en nuestras congregaciones, y habita entre nosotros. Para que todos sepan que tú eres nuestro Dios, que nos has salvado, y que te pertenecemos. Amén.