JUAN 2

Hoy damos gracias al Señor por habernos hecho partícipes de su gozo. Le damos gracias por podernos alegrar en la comunión que nos otorga su Gracia y su misma presencia.

Le damos gracias por ese gozo, aunque no esté exento de sufrimiento. Pensamos en todo lo que le costó a Él, muriendo allí en la cruz por nosotros. Entendemos, pues, que el verdadero gozo en la vida se obtiene a través del sacrificio. Pero también vemos que no existe mayor gloria. También pedimos al Señor no manchar lo santo con lo profano. Huir de cualquier tentación que implique mercadear con lo santo. Que las pasiones de esta vida y el amor al dinero no enturbien nuestro testimonio mientras arruinan nuestras vidas. Porque el celo de nuestro Señor por su iglesia no lo pasará por alto. Porque, ciertamente, Él no nos necesita, y nada detendrá su Reino. Afirmemos hoy pues nuestra fe, porque no tenemos que demostrar nada a aquel que sabe perfectamente como somos.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.