2 CORINTIOS 8

Hoy pedimos al Señor que el maravilloso don de la Gracia de Dios se extienda entre nosotros como las aguas del mar. Que en medio de tiempos difíciles y de angustia sepamos ejercitar la generosidad como familia que somos en Cristo Jesús. Especialmente con aquellos que obedecen el llamado de Dios.

Que sepamos invertir en la gracia que profesamos con generosidad, juntamente con la fe, la predicación, y un amor no fingido. Que tengamos como supremo ejemplo al Señor Jesús, que se despojó así mismo de toda su gloria haciéndose pobre para que nosotros fuésemos ricos.

Que, con amor fraternal, sepamos ayudarnos los unos a los otros, para que ninguno tenga escasez, pues ciertamente nos necesitamos los unos a los otros.

Por último, pedimos un sentir de camaradería. Sintiendo que todos trabajamos en la misma empresa, teniendo como única misión: Llevar toda la Gloria posible al Ungido de Dios, nuestro Rey Libertador, llevando como bandera su caridad y bondad entre nosotros.

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