Hoy pedimos al Señor que, movidos por el amor, busquemos aquellos dones espirituales que nos han sido dados. Que tengamos en gran estima meditar y compartir su Palabra. Que sea siempre para exhortación, edificación, y consolación de nuestros oyentes. Que toda palabra sea para agradar a Dios antes que a nosotros mismos. Que todos tengamos predisposición a escuchar, primeramente, antes que hablar. Pedimos también madurez, sentido común, y temor de Dios para apartarnos del mal. Que haya armonía y respeto mutuo en todo matrimonio. Y que todo lo que hagamos en nuestra congregación sea hecho decentemente y con orden.