Hoy pedimos al Señor resiliencia. La capacidad de sobrellevar y superar toda circunstancia, por traumática que sea. Que nuestros labios no hablen mentira, ni neguemos el nombre de Dios. Aún cuando no entendamos nuestra situación.
Pedimos a Dios que transforme nuestra cosmovisión de la vida. Entendiendo que toda alma debe volver a Él. Y que, ocurra lo que ocurra, nadie puede eludir su juicio. Que sepamos ver la vanidad que esconden las riquezas materiales, y la bendición que aguarda al que sufre a causa de la justicia ⚖ del Reino de los Cielos.