Hoy pedimos al Señor una renovada esperanza en su venida. Y el santo temor de todos aquellos que esperamos su juicio sobre este mundo tan miserable. Donde los poderosos abusan de los menesterosos. Y los pobres e indefensos son abandonados.
Mientras llega este día de juicio, pedimos un corazón ♥ compasivo y entregado. Una lengua que no silencie la injusticia, y un corazón alejado de toda inmoralidad. Porque terrible será el día del Señor cuando todo se desvanecerá como la espuma y la memoria del impío ciertamente será olvidada.