09. Acercarse a Dios, ser receptor de sus promesas siempre demanda una entrega por nuestra parte. Sin sacrificio, sin abandono, no vamos a recibir la bendición de Dios. Una mano cerrada no solo no puede ofrecer, tampoco puede recibir.
Abraham está a punto de establecer un pacto con Dios. Su demanda de recibir una prueba está siendo atendida. Dios se compromete mediante esta ceremonia a cumplir su promesa ¡Qué fiel es Dios que, sin tener necesidad, se compromete a nombrar a Abraham como heredero formalizando su pacto mediante este sacrificio ceremonial!
Al igual que en el episodio que ocurrirá más adelante en el monte Moriah, o en todo el aspecto ceremonial de sacrificios que se instaurará en el monte Sinaí. Todo nos dirige la mirada a aquel que hizo el sacrificio expiatorio una vez por siempre: Nuestro Señor Jesucristo. Él, y sus tres años de ministerio, no solo sirvieron…
Ver la entrada original 460 palabras más