Dios y Padre nuestro, alabado y bendito seas porque llevas a cabo tus planes y promesas a través de las generaciones. Alabado seas porque tus propósitos trascienden la misma muerte. Gracias por habernos hecho descendencia tuya en Cristo Jesús. Alabado y bendito seas, Dios nuestro, porque en tu Santo Espíritu has venido a morar dentro de nosotros, A ti solo sea la gloria en tu Hijo amado, nuestro Salvador y Señor Jesucristo, quien sigue construyendo un Reino eterno para ti. En su santo nombre te adoramos. Amén.