Señor, alabado y temido seas, porque nada queda escondido de tu mirada; porque ciertamente todas las cosas están desnudas delante de ti. Y es a ti, y solo a ti, que tendremos que dar cuenta. En el nombre de Jesús. Amén.
Señor, alabado y temido seas, porque nada queda escondido de tu mirada; porque ciertamente todas las cosas están desnudas delante de ti. Y es a ti, y solo a ti, que tendremos que dar cuenta. En el nombre de Jesús. Amén.