Señor, admitimos que solo hay una verdadera sabiduría, y que solo tú eres poseedor de ella. Alabado y bendito seas por ello. Concédenos, oh Señor, el don de temerte con todo nuestro corazón para así poder gustar de ella. En el nombre de Jesús. Amén.
Señor, admitimos que solo hay una verdadera sabiduría, y que solo tú eres poseedor de ella. Alabado y bendito seas por ello. Concédenos, oh Señor, el don de temerte con todo nuestro corazón para así poder gustar de ella. En el nombre de Jesús. Amén.