Alabado y bendito seas Señor, porque eres eterno. Tú estás por encima de la temporalidad de este mundo y la brevedad de la vida del hombre. Tú, a diferencia de nosotros eres eterno. Ayúdanos a poner nuestra esperanza en ti. Contágianos de tu santidad mientras marchamos por este mundo hacia nuestra morada celestial. En el nombre de Jesús. Amén.