Dios y Padre Celestial, no dejes que jamás tengamos en poco el pecado y sus consecuencias. Perdona Señor cuando vivimos ignorando que delante de tuyo están nuestras malas obras. Apártanos, pues, oh Señor, del mal y de sus nefastas consecuencias. No dejes que caigamos en el pozo de nuestro propio pecado, porque siempre estamos delante de tu presencia. Danos tu santo temor. En el nombre de Jesús.
Sí señor, denos conciencia de nuestros actos ya que muchas veces creemos que no pasa nada. Ponga más temor en nuestros corazones para poder obedecerle, EN EL BENDITO NOMBRE DE MI SEÑOR JESUS, Amén