Oseas 7:2

Dios y Padre Celestial, no dejes que jamás tengamos en poco el pecado y sus consecuencias. Perdona Señor cuando vivimos ignorando que delante de tuyo están nuestras malas obras. Apártanos, pues, oh Señor, del mal y de sus nefastas consecuencias. No dejes que caigamos en el pozo de nuestro propio pecado, porque siempre estamos delante de tu presencia. Danos tu santo temor. En el nombre de Jesús.