SALMOS 3:4

Avatar de CarlesmileEn Tierra Seca

4. Pocas cosas son tan desesperantes como el silencio. El silencio conlleva la ausencia de comunicación, el aislamiento, la apatía, etc. El silencio, además, suele cubrir nuestras vidas con un manto de indiferencia, poco a poco vamos perdiendo la virtud de una buena conversación, y sobretodo el dialogo. Con mi silencio envuelvo mi vida y el sentido de mi existencia ignorando a los demás y sus necesidades. Pero sobretodo, olvidándome de Dios, y mi relación con Él.

¿Quién quisiera recibir, aunque solo fuera, un “What’s up” de Dios? ¿Quién quiere recibir una respuesta, una prueba de la existencia de Dios? Dios, desde su trono de Santidad, desde el elevado monte de Dios, anhela responder las oraciones de los hombres. Se oyen quejas de los hombres, nos quejamos y renegamos de tantas cosas de Dios. Pero no somos capaces de mirarle a la cara, ni tan solo con los ojos…

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